Los fabricantes que trabajan en dotar a los vehículos de conectividad persiguen el objetivo de reducir los accidentes de tráfico, además de mejorar la ciberseguridad relacionada con la automoción.
No es fácil conseguir el gripado de un motor. Esto ocurre cuando sus piezas metálicas no están bien lubricadas y alcanzan un exceso de temperatura. Esta avería, en la mayoría de los casos, va a significar que el motor hay que cambiarlo por uno nuevo.
Con el HDI y el TDi los motores diésel vivieron una segunda juventud. Recurrieron a la tecnología del common rail para reducir sus consumos y mejorar sus emisiones. Sin embargo, su futuro no es nada halagüeño debido a las cada vez más exigentes normativas anticontaminación.
Tan sólo seis años después de que Nicolaus Otto sacase a la luz su motor de cuatro tiempos, James Atkinson lo aprovechó para mostrar otro ciclo termodinámico algo más eficiente, aunque con menos potencia. Muchos años después, esa tecnología se utiliza ahora en los coches híbridos.
El aceite del motor tiene una viscosidad que va a cambiando según cuál sea la temperatura externa. Cuanto más frío, el aceite se vuelve más espeso y viceversa. Depende de ésta viscosidad, las piezas internas del motor estarán más o menos protegidas cuando rozan entre ellas. Cada fabricante recomienda un aceite muy concreto para sus coches y debes poner especial especial atención a que rellenen tu vehículo con el aceite adecuado.
Donde va a dar más problemas un coche híbrido es en su sistema eléctrico, ya que la parte dedicada al motor térmico suele ser muy fiable. La batería o los conectores son algunas de las piezas que más hay que vigilar en este tipo de vehículos, que utilizan tanto un motor térmico como otro eléctrico.
Es lógico que ante el desconocimiento haya quien tenga miedo de recargar un coche eléctrico si está lloviendo. Sin embargo, tanto los cargadores como los propios conectores deben cumplir con una exigente normativa de seguridad. En el RACE te explicamos por qué es seguro recargar un coche eléctrico con lluvia.
Si todo va bien, un coche no debería hacer ruido, salvo el convencional cuando aceleras el motor, ya sea de combustión o eléctrico, o cuando los neumáticos ruedan por el asfalto. Sin embargo, hay ciertos ruidos que se producen al girar el volante que te deben hacer sospechar que es posible que haya algún tipo de avería.
El facelift es un lavado de cara que hacen las marcas para actualizar un modelo de coche, que puede estar incluso más de diez años en venta hasta que se cambia por otro diferente. En todo ese tiempo, los fabricantes necesitan que sus coches sigan siendo atractivos para el cliente y eso lo consiguen cambiando su estética y añadiendo más tecnología.
Gracias a los calentadores, el motor de un coche diésel puede encenderse y arrancar, aunque haga frío en el exterior. Sin ellos, en la cámara de combustión no habría una temperatura suficiente para que prendiese la mezcla de aire y combustible. Si un calentador se estropea, no te será muy caro cambiarlo por uno nuevo.
En época de lluvia y nieve es muy probable que se te empañen los cristales del coche. Tu vehículo tiene varios sistemas que permiten quitar el vaho del coche en pocos segundos. En el RACE te enseñamos a utilizarlos y te explicamos cómo funcionan.
Gracias a que los neumáticos tienen un punto rojo o amarillo en el flanco se pueden equilibrar las ruedas a través de contrapesos. Sin ese equilibrado de ruedas, tu coche vibraría y se volvería inestable.
Si alguna vez te has planteado pasar por una balsa de agua inundada, deberías pensarlo dos veces. Si el coche se inunda puede afectar a su sistema eléctrico y también al motor lo que puede convertirse en una avería muy costosa.
No siempre que el coche haga ruido después de apagar el motor significa que tiene una avería. En el RACE te contamos en qué casos es normal que el coche haga ciertos sonidos.
Si eres de los que creen que un coche híbrido va a ser más complicado que uno de gasolina o diésel, lo cierto es que no es así. El hecho de que no tenga muchos elementos mecánicos hace que sufra menos averías y, por tanto, el mantenimiento de un coche híbrido es más sencillo.
